Para mí siempre es una sensación inigualable el visitar una
plaza de toros por primera vez. Me ha sucedido esto hace muy poco en la plaza
de toros de Villena, localidad de nuestra vecina Alicante. ¿Que podrían contar
los muros de una plaza de toros si pudieran hablar?, ¿cuántas tardes de gloria
y miedo habrán vivido sus ladrillos y cemento junto a los espadas que hayan
hecho el paseíllo en su albero?. Y los aficionados, ¿cuántas horas de afición
habrán pasado los habitantes de una localidad en el cemento del tendido de su
plaza de toros?, horas de compartir, de emoción, de fiesta y de sensaciones
límite.
A mí, personalmente, cuando visito por primera vez una plaza
de toros, como en este caso, me llegan todas esas sensaciones, la plaza de
toros me transmite todo lo vivido en ella y para bien o para mal, me llega.
¿Sensibilidad o locura, o ambas cosas?, eso es lo de menos.
En pocos edificios han pasado tantas cosas, tan intensas,
tantas tardes, tantas ilusiones y tantas frustraciones y tantos triunfos,
tantas alegrías y tantos fracasos. La transmisión, tantas veces nombrada en nuestra
Fiesta Nacional, es fundamental y al igual que el toro y torero en su obra
transmiten al tendido sensaciones irrepetibles, a mi las plazas de toros me
transmite su historia, su solera y su poso.
Plaza de toros de Villena.
“En esta plaza de toros torearon Antonio Ordóñez, Juan Antonio Ruiz
"Espartaco", Francisco Rivera "Paquirri",
Jaime Ostos,
Manuel Benítez "El
Cordobés" y Miguel Baez "Litri" (padre). El día 7 de
septiembre de 1959
en la plaza de toros de Villena estuvo presente, en la corrida de toros de los
diestros Antonio Ordóñez, Francisco Antón
"Pacorro" y Diego Puerta, el premio Nobel
Ernest
Hemingway.
Abandonada y en estado
ruinoso desde hacía años, en 2007 se firmó un acuerdo para su rehabilitación y conversión
en edificio multiuso. El plan de restauración incluía la
cubrición con una cúpula y la construcción de una pirámide de cristal adyacente
a la plaza. El 26 de marzo de 2011 se reinauguró como
coso taurino y multiusos”.